sábado, 18 de abril de 2009

¿Quién me manda a soñar con el filo de tus ojos?


Despierto sangrando, nuevamente y es mi culpa.


No me alcanzan los pasos,
me empecino en subir por la escalera que baja.
Y el filo de esos ojos,
que me cortan el paso,
que me hacen respirar mi propia sangre.

Y te quiero.
Y te extraño.
Y cada parpadear es un apocalipsis de neuronas que revientan,
de rasguños en el aire,
de espaldas que se quiebran y piernas que se hunden.

Y te vuelvo a vomitar sobre el teclado,
Ragnarök de letras y palabras;
lluvia de alfileres
para mi alma descosida,
otoño de hojas muertas que no caen.

2 comentarios:

SIJE dijo...

Vos siempre escribiendo cosas tan lindas... y yo cada vez más dependiente de tus palabras... Euge

Nan dijo...

porfiadas ellas y vos también