jueves, 9 de abril de 2009

pequeña investigación entomológica llevada a cabo después de una fallida entrevista laboral en el parque industrial de pilar mientras esperaba el 510


A diferencia de los gatos, siempre caen de espaldas, salvo uno, una vez o dos. No parecen tener ojos para ver por donde van, tampoco parece importarles mucho si van o vienen. Puede que tengan escasa memoria o que no sean rencorosos, en todo caso no pican y hasta donde pude observar no te miran mal. Uno me torció una antena, queda para futuras investigaciones determinar si dicho gesto equivale a un guiño cómplice con el ojo o a levantar el puño con ira. Otra observación importante es que, pese a lo que cabría suponer por su nombre, no forman esferas si no más bien geoides.


Nota: el 510 no pasa cada media hora.

Nota2: puede que aquí los minutos tengan promoción y valgan doble.

No hay comentarios: