jueves, 16 de abril de 2009

por eso no duermo


Sueño un mar de vidrios rotos, de infinitos colores, de infinita y recurrente policromía especular. Camino, me salpico y clavo mis pies en las olas que me bañan mi cuerpo con dientes traslúcidos. Camino sobre mis huesos y tendones, sin piel ni carne, sobre un Atlántico de vidrios rotos

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