Ojos tangenciales viajan en el tren.
Su hermosura mira sin permisos
ni señales de consenso.
Están para ver, para leer y percibir.
Y de pronto ya no leen.
Se sienten descubiertos y miran otros mundos.
Viajar en tren es siempre una aventura.
Nadie sabe lo que pasa por mi mente... pienso mil palabras, digo cien, escribo diez y por cada una de las diez quiero gritar otras mil... más o menos.
1 comentario:
Soy Cecilia o Cleopatra cuando mi alma se estrella con el fatalismo.
Me gusta mucho tu blog, tu manera de escribir, tus audacias, tus anhelos.
Hubo un encuentro fallido, o varios. Pero esta vez, te linkeo para seguirte de cerca.
Un beso enorme
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