¿De donde viene este extrañar fuera de foco?
¿De donde esta gana de ver, que es casi hambre?
¿Donde se deja este deseo si no es en esa boca?
¿Y el freno?
¿Y la puerta?
¿Como salgo de este estar afuera?
Es alegremente triste despertar en días que no te pertenecen y ver tu corazón sangrando a la deriva de un recuerdo que no pesa más que dos palabras dichas en un idioma que no es propio "what if" y sin respirar el día te sorprende soñando futuros imperfectos que no vuelven del pasado.
Que suave intensidad derrama esta tristeza de ojos azules...
Da vértigo y temor verse reflejado y ser apenas una sombra, un vestigio de lo que no regresará.
Te despiertas y es uno de esos días grises, tú sabes, uno de esos en los que no parece haber un cielo y no puedes ver de donde viene la luz, sí uno de esos días donde tus huesos pesan más y te duelen las rodillas y las viejas heridas te recuerdan que alguna vez fueron nuevas.
Entonces, tu sabes, levantas tu cabeza de la almohada diciendo "demonios, otro día maldito de semana", tu sabes, otro día burgués en la oficina frente al teclado. Y tus pies están fríos, pero no tanto como el piso de la habitación, y los arrastras hasta la cocina porque lo único que piensas es en un café humeando entre tus manos. Enciendes la maldita Tv y demonios es tarde no hay tiempo para un café. Tomas tu abrigo y son las 7, te espera un jodido largo día, ya perdiste tu desayuno y el bus acaba de pasar. Comienzas a pensar que tal vez deberías haberte quedado en casa, tú sabes, y comienzas a caminar arrastrando los pies bajo la lluvia que comienza a caer. Estás a punto de mandar todo al demonio, tú sabes, dar media vuelta y volver a la cama, entonces piensas en ella "Oh! Lorraine!" en sus esponjados y dorados cabellos, en sus ojos azules, en sus carnosos labios carmesí. Y Tú sabes, dejas de arrastrar los pies, y sale el sol y de pronto notas como son tus pies los que comienzan a arrastrarte a ti.
{Ok... dejemos esto en claro entonces: me gustas, ¿Sí? Físicamente, la partiria en 8 ahora mismo, ni lo dude. Y le parecere una mierda, o no, por decirlo así tan crudamente; pero es verdad. Como persona, perdoneme...NO LA CONOZCO. Estoy buscando algo serio y por eso mismo no me puedo tirar a la pileta de una, sin pensarlo, sin medir las consecuencias; y el hecho de que me mire así pidiéndolo con la mirada, sinceramente me hace dar más ganas de irme que de quedarme...
¡Le pido por favor no me interrumpa!!! No pienso que sea la gran cosa, no soy más que un hombre común y corriente, con defectos y virtudes como cualquier hijo de vecino. Lo admito, soy hermoso. Pero ya no creo en la magia, no creo en que exista una media naranja flotando por ahí esperando a que el destino la lleve a su amor ideal. Hay gente, que le puede gustar más o menos, que puede bancarla más o menos, no se si existe o no el amor, le juro que ya no lo sé... las veces que creí en el amor me desperté en el medio de una farsa y sintiendome muy, realmente muy estúpido. Por eso mi respuesta natural cuando me hablan del corazon es: "¿Me esta cargando? ¿Qué le pasa?"y ojo puede ser todo lo sincera que usted quiera y hablar desde el rincón más profundo y puro de su alma, pero es su alma y solo suya . Yo, disculpeme, tengo más afinidad con mi cerebro}
las 3 y media señor.
¿No sabe a que hora pasa el 57 rápido?
Calculo que debe faltar poco porque hace rato estoy esperando.
LA SENSACIÓN INTENSA Y CRUDA DE VER TU CUERPO RESBALANDO POR MI MENTE, SENTIR TU CARNE ATRAVESÁNDOSE EN MI PECHO, LATIR Y CREPITAR EN EL DESGARRO DE TUS OJOS.
MI REFUGIO ESTÁ EN TU BOCA, PÉTALO VIOLENTO QUE SE LLENA DE SEMILLAS.
el papel está aburrido...
espera que le cuente de tus ojos
que brillan distrayéndome del miedo.
Destila su blancura exásperante
exigiéndome un relato de tu pelo
(merecedor de un rock'n roll por las mañanas).
Vocifera de margen y renglones
demandando sin más
una completa apología de tu boca,
llena de besos que dilatan las pupilas....
tranquiilo papel, tranquiiiilo
por ahora...
nos estamos conociendo.
Sábado de ventanas entreabiertas y sonidos que suben de la calle. La minifalda de jean, la musculosa y el mate. La gata gris, el beso improvisado, azúcar impalpable y el chocolate derritiéndose en mi boca. El piso de madera, la urgencia sin tiempo para camas, la cena, el cepillo dental y la pregunta…
Se terminó abruptamente con una seguidilla de eventos que no llegué a inteligir, quedándome con la abrumadora sensación de que le hicieron el cuento del tío una vez más a mi crédulo corazón…
MISHKILA dice:
q bajon
respirando un poco de vacío dice:
Sip… suele suceder cuando uno cree todo lo que le dicen jeje
MISHKILA dice:
Ay… yo siempre creo…
respirando un poco de vacío dice:
A mi me dicen te amo y yo me la creo vio, y me dejo ir cual camalote en el Paraná
MISHKILA dice:
Jajaja poeta con humor
respirando un poco de vacío dice:
Y no me acostumbro a que muchas mujeres cuando dicen "te amo" en realidad solo quieren decir "que bien que la paso en la cama con vos! pero en cuanto me aburra te pateo" jajaja
MISHKILA(F) dice:
Ay si… pero los hombres también lo dicen… te lo digo x experiencia jaja
A ver... donde estoy parado? cuales son mis posibilidades inmediatas? cuales son mis posibilidades a mediano plazo? Y a largo plazo?... con esto en mente trazo un plan A, cuando fracase voy a dar paso al plan B y así hasta agotar el abecedario o morir en el intento... y viviré... feliz, o no tanto, pero con la frente en alto, sin pedir nada ni pisar a nadie por quedar en ventaja. Y aunque me vaya como el orto o triunfe en lo que quiera, me va a quedar la satisfacción de decir: "pero lo hice a MI manera".
Aparentemente, según el INDEC (Instituto Nacional De Estadisticas y Censos) en realidad hay 2 rotos por cada 3 descosidos. El gobierno analiza seriamente la posibilidad de coser uno de cada 3 descosidos. Aún así esto solo plantea la interrogante de qué ocurriría con la población remendada.
Nuestro verbo recordar lleva dentro la palabra corazón. Viene del bajo latín recordare, que se compone del prefijo re- (‘de nuevo’) y un elemento cordare formado sobre el nombre cor, cordis (‘corazón’).
El yo pasado, lo que ayer sentimos y pensamos vivo, perdura en una existencia subterránea del espíritu. Basta con que nos desentendamos de la urgente actualidad para que ascienda a flor de alma todo ese pasado nuestro y se ponga de nuevo a resonar. Con una palabra de bellos contornos etimológicos decimos que lo recordamos —esto es, que lo volvemos a pasar por el estuario de nuestro corazón—. Dante diría per il lago del cor [José Ortega y Gasset: El espectador, II, "Azorín: primores de lo vulgar"]
Amaneció y era un día como todos, de esos en los que te despertás y parece que no va a pasar nada. Y por un rato no pasó nada, nada raro. Abigail se despertó, se lavó la cara y los dientes, desayunó y se puso el uniforme para ir a la escuela. Como cada día su mamá la llevaba mitad caminando mitad flameando. Habían salido con tiempo, pero a las dos cuadras tuvieron que volver porque Abigail se había olvidado de llevar las ganas de estudiar.
Casi llegando a la escuela, en uno de esos ratitos en los que no flameaba, se tropezó con una piedrita y se le rompió una zapatilla.
-¡pero qué contrariedad! - dijo la mamá.
-¡pero qué macana! - dijo una señora que pasaba justo por ahí.
-¡guau! - dijo un perro que también andaba de paso. Abigail se puso triste porque sus zapatillas le gustaban mucho.
-cuando salgas te compro un par nuevito – la consoló la mamá.
-bueno… ¿pero las puedo elegir yo?
- sí hija.
Mientras la seño escribía en el pizarrón Abigail distraída miraba su zapatilla rota. Se le había despegado la suela y ahora parecía que la zapatilla tenía una boca. En el recreo se divirtió mucho con sus amigas usando la zapatilla como títere para contar chistes y hacer adivinanzas. Y así llegó la hora de la salida.
-chicos, no se olviden de traer mañana la nota firmada por sus papis, porque si no, no van a poder venir a la excursión –dijo la seño mientras todos salían
Su grado era casi siempre el último en salir, porque eran los más charlatanes, a Abigail eso no le molestaba mucho, porque era la más charlatana, pero ese día estaba con ganas de salir para que la mamá la llevase a comprar sus zapatillas nuevas. ¡Qué sorpresa se llevó cuando no la encontró afuera de la escuela! En lugar de la mamá estaba el tío.
-¡hola corazón!-dijo el tío muy contento
-¡hola tío!-contestó Abigail mirando para todos lados por las dudas - ¿y mi mamá?
- se quedó trabajando un rato más… pero me pidió que te lleve a comprar zapallitos ¿o eran zapatillas? Bueno por las dudas compramos las dos cosas…
-zapatillas tío, mirá.- dijo Abigail mostrándole el pie con la zapatilla/títere.
-mmm… dejame a mí que me parece que te las puedo arreglar, pero voy a tener que comprar algunas cosas…
Abigail no muy convencida pensó “le digo que sí, total después mamá me las compra”. Y así el tío la llevó cococho hasta la casa. Abigail se quedó esperando mientras el tío iba a la zapatería a comprar lo necesario. El problema fue que la zapatería estaba cerrada, la zapatillería también, lo único que estaba abierto eran la relojería y la tienda de computadoras. Cuando el tío volvió se encerró en su tallercito con las zapatillas de Abigail. Tac, tac, tac se escuchaba el martillo. Srrr, srrr, srrr se escuchaba el serrucho.
Cuatro horas después se abrieron las puertas y salió el tío con un par de extrañas zapatillas que apenas se parecían a las que habían entrado para que las arreglen.
-¡están muy feas tío! – dijo Abigail al verlas.
-¡guau! – el perro de la casa, que sabía mucho de zapatillas porque le gustaba morderlas, estaba de acuerdo.
- ¡pero si están buenísimas! – Las defendió el tío – mirá les puse unas teclas que te van a venir bárbaro y también les puse una cuerda de lo más bonita en el empeine por si te cansas de caminar. Usalas un tiempito y si no te gustan te compro un par nuevo. ¿Sí?
La verdad es que las zapatillas estaban bastante fuleras, pero para que el tío no se ponga triste Abigail las aceptó y las empezó a usar en ese mismo momento.
Al otro día era viernes y mitad caminando, mitad flameando Abigail llegaba a la escuela de la mano de su mamá. Con la nota de autorización recién firmada subió al micro y empezó a cantar con sus compañeros.
-¡chofer chofer apure ese motor que en esta cafetera nos morimos de calor!
El viaje fue largo pero divertido, salvo para el chofer que no estaba de acuerdo en que su micro fuese una cafetera.
En el camping había chicos de otras escuelas también. El campo era hermoso y se divirtieron muchísimo todos. Jugando, corriendo, saltando, haciendo bromas y charlando se hizo la hora de volver a los micros. Cada maestra llamó a sus alumnos y los contó para que no le faltase ni uno solito. Justo en ese momento a Abigail le dieron ganas de ir al baño y su maestra no se dio cuenta porque por error contó a una nena de otro micro. Cuando Abigail salió del baño ya los micros no estaban más.
Nunca se había quedado sola y se asustó mucho, mucho, tanto que se puso a llorar. Estaba en lo mejor del llanto cuando se acordó de lo que le había dicho el tío y se puso a mirar las zapatillas. En el costadito de adentro tenían varias teclas con dibujitos y en el empeine una cuerda dorada, de esas que tenían los relojes de antes. Tocó una tecla y no pasó nada. Ya estaba por llorar de nuevo cuando se le ocurrió darles cuerda, por las dudas… trrrek… trrrrek… trrrrrek…
-con tres vueltas debe alcanzar –pensó. Y pensó bien porque enseguida se iluminaron las teclas de las dos zapatillas y se escuchó un ¡bip pip!
-a ver que hace esta tecla –clic hizo la tecla que tenía una ruedita dibujada y tres ruedas redondas salieron de la parte de debajo de las zapatillas. Clic y las ruedas se volvieron a plegar.
-a ver que hace esta tecla –clic hizo la tecla que tenía una llamita dibujada y de cada talón salió un pequeño propulsor como los de los aviones a propulsión (pero tamaño zapatilla). Antes de que se encendiera, Abigail apretó de nuevo la tecla y mirando la que le quedaba sin apretar se puso muy contenta otra vez, porque esa tenía dibujada una casita.
Clic ruedas afuera… clic en la casita… clic en la llamita y fffhhhssssss!!!! Abigail estaba en el camino a casa más rápido que el correcaminos. El micro de la seño y los chicos estaba a mitad de camino cuando la seño se dio cuenta de que le faltaba Abigail. El micro estaba dando la vuelta cuando fffffhhhhsssssssssss!!!! Pasó la niña cohete a toda velocidad. Un par de fffhhhsss! Más y Abigail llegó a la casa del tío que la estaba esperando con una chocolatada y la mamá con un par de zapatillas más lindas pero menos especiales. Por supuesto Abigail con el cambio de zapatillas no quiso saber nada.